miércoles, 29 de julio de 2009

MENTE HIPÓCRITA – HIPOCRESÍA MENTAL

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Perspectiva Distinta Xq4tmu
Hipocresía Mental

La hipocresía.

¿Nuestra mentalidad actual llena de hipocresía? 


HIPOCRESÍA 


Dualidad, doble estándar, ficción, falsedad, apariencia… es lo que parece ser en ese juego mental casi permanente del diario vivir.

Con frecuencia la mente y nuestro fuero interno nos dicen que hay que buscar la felicidad. Lo que indica que el propósito o razón de la vida es el crecimiento humano para alcanzar tal felicidad.

Pero vamos a ver con algunos simples ejemplos, qué es lo que hacemos y de qué vivimos para ser felices, en el bien entendido del proceder de nuestra mentalidad:

Primeramente, debemos saber de qué se alimenta nuestra mente y fuero interno en el diario vivir.

¿Acaso buscamos la tragedia, calamidad y sufrimiento, o evitamos todo eso para ser felices?

¿Es frecuente el apasionamiento emocional, la soberbia, el conflicto, el pesimismo, la morbosidad y la violencia en nuestra vida y en el entorno social, o estamos muy alejados de todo eso?

Si logramos analizar en profundidad esas simples interrogantes, sabremos si nuestro fuero interno y mentalidad juegan en la dualidad e hipocresía. Y si reconocemos que somos muy buenos para criticar y prejuzgar, es que con mayor razón debería ser exhaustivo ese autoanálisis.

Si en todo ello logramos descubrir que la hipocresía y dualidad de nuestra mentalidad, con respecto a aquella búsqueda de la felicidad, están presentes en nuestra manera de ser en forma casi constante, es porque llevamos una forma de vida que se entremezcla dentro de apariencias y confusiones mentales con respecto a algo que nos parece que es la felicidad. Es decir, la mentalidad y fuero interno nuestro, no saben, no distinguen o no nos señalan lo qué es felicidad real que permita el crecimiento humano.

Podemos estar muy tranquilos y en paz, pero en un momento dado, nuestra mente se queda pegada alimentándose de situaciones ajenas de conflictos, tragedias, calamidades y sufrimientos, sacándonos de aquel estado de tranquilidad inicial porque nos hemos identificado he involucrado con aquellos hechos externos.

Es ahí como actúa la hipocresía mental con respecto a poder distinguir qué es la felicidad, o qué nos hace sentir bien y “felices”. Si la mente se siente aferrada, atraída, extasiada y bien con a un hecho en el que solemos sufrir emocionalmente y nos hace agotar energía en diversas situaciones innecesarias, es porque hay confusión, mal concepto, desorden y desequilibrio psicológico y metal.

La mente se ha quedado pegada morbosamente con un hecho traumático de una situación ajena, y no sabemos por qué y tampoco sabemos cómo la mente nos domina totalmente sin ninguna posibilidad de disciplina y reflexión personal. Es más, tampoco decimos que aquel hecho en que nos vimos involucrado, haya constituido algo bueno, todo lo contrario, admitimos que es algo negativo que debemos saberlo e informarnos; y más aún, justificamos aquel ejemplo, diciendo que es para ayudar, aprender y solidarizar. Lo que es generalmente un profundo error, porque nada de lo anterior lo asimilamos para lograr un crecimiento como personas. Sólo le hemos dado alimento emocional a la mente en esa inercia que no distingue lo que es verdaderamente benigno.

En definitiva, lo que no sabemos verdaderamente, es que la situación o hecho en particular en que nos hemos identificado provocándonos una serie de sensaciones “buenas o malas”, es algo bueno en forma exclusiva para este tipo de mente; y en cambio, tal hecho, es algo negativo para lograr el crecimiento humano verdadero.

La mente, es extremadamente rápida en captar y asimilar impresiones, pero su cualidad extraordinaria, deriva en virtud de la facultad y madurez de la persona para alcanzar a distinguir y diferenciar, en el momento preciso, a aquel alimento o impresión que recibe y ver si es algo que es benigno o maligno.

A veces puede parecer que la mentalidad humana está enferma, pero no es la mente la enfermedad. Enfermedad en la mente, es el alimento que nosotros le demos. Al darle podredumbre y violencia, tendrá un resultado; al darle educación y amor, obtendremos otro resultado.

Al asimilar en experiencia y comprensión toda la información que proviene de nuestro entorno y principalmente la de los medios de comunicación en forma positiva, la humanidad sería una maravilla en madurez; pero por el contrario, se puede observar que la calamidad, pesimismo y violencia en crecimiento constante que ofrece nuestro entorno, los medios de comunicación y las Redes Sociales, han constituido una forma de vida imperativa en hipocresía mental. Por lo tanto, el resultado que se observa hoy en día, indica que muy poca información que proviene de esos medios es asimilada en forma positiva.

Ejemplo de hipocresía:

Por necesidad de alimento para la morbosidad de la mentalidad humana mundial, en un momento dado, ésta ha prejuzgado o condenado a una persona, ya sea a muerte, al desprecio, a las injurias, a las acciones de violencia y a las penas más terribles del infierno, y por haber pretendido hacer algo nuevo o haber cometido algún error en su vida. Pero poco tiempo después, las mismas personas de la mentalidad humana mundial, vanaglorian o elevan a aquella misma persona, a la categoría de héroe, líder, ídolo, príncipe o rey. 

El prejuicio de un antes y un después de la hipocresía mental mundial actual y de hace 2000 años.

Diariamente el pesimismo, la violencia y la farándula se pueden ver en la TV y en las redes sociales.

¿Y cómo podríamos llegar a percibir felicidad real y sentir menos hipocresía?

En gnosis o en conciencia de valores de madurez, comprensión, nobleza, humildad, serenidad, bondad y tolerancia en una persona, permitiría equilibrar su mentalidad y así controlar a aquella hipocresía…



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